Estas últimas semanas he estado intercambiando emails con una persona que estaba interesada en nuestro servicio de branding integral.
Su principal duda era si le salía a cuenta invertir ese dinero en mejorar su marca, su web y sus textos.
Dicho de otro modo: ¿la inversión marcaría la diferencia en su negocio?
Su duda era más que razonable. Piensa que no estamos hablando de un diseñito, sino de contratar a un copywriter y diseñador para que desarrolle tu marca. En el caso de esta persona, se trataba de un rebranding en toda regla.
Pues bien, le recomendé que no me contratase. Y te cuento por qué.
Ten en cuenta que una nueva web, por muy bueno que sea el texto o el diseño, no sirve de nada si no va acompañada de otras acciones de captación de tráfico de calidad.
Por ejemplo:
- Marketing de contenidos
- Social media
- Publicidad (Facebook Ads, AdWords, directorios o medios especializados…)
- Acciones offline (eventos, patrocinios…)
- Acuerdos estratégicos con otras empresas
(nota: si estás creando un plan de acción para tu negocio, quizás deberías echarle un vistazo a este post sobre pensamiento estratégico)
Una de las primeras cosas que debes saber es qué tipo de tráfico está llegando a tu web y cómo se comporta ese tráfico.
Si tu página web no está dando los resultados que esperas, lo más probable es que te encuentres en uno de estos 3 escenarios:
- Si no llega gente a tu web → Tienes un problema de tráfico o el mercado es demasiado pequeño.
- Si llega tráfico, pero nadie te contacta o compra → Tienes un problema de calidad del tráfico (las personas no son las adecuadas), de conversiones (copywriting, diseño web…) o de imagen de marca marca (credibilidad).
- Si mucha gente contacta, pero se asustan cuando les dices tus precios → Tienes un problema de marca o tu público objetivo no tiene suficiente poder adquisitivo.
Todo esto te lo dice Google Analytics. Debes ir recopilando información que te permita llegar a conclusiones e identificar tu problema real, antes de embarcarte en un rediseño de marca y una nueva web.
En el primer escenario, el copywriting y el diseño no marcarían la diferencia. Es posible que tu idea de negocio no sea válida. O quizás no estás siendo capaz de atraer suficiente gente hasta tu web.
En resumen: no serás capaz de recuperar la inversión a medio plazo.
Otra situación en la que no vale la pena dejarse la pasta…
Está claro que si tu presupuesto es escaso, tampoco hay que darle muchas vueltas. Pero es que incluso teniendo algo de dinero, deberás priorizar y repartirlo entre muchas otras cosas al margen del branding: comprar stock de producto, contratar hosting, tus primeras campañas de Facebook Ads…
Hay otras situaciones en las que hay que pensárselo dos veces antes de contratar un copywriter, un diseñador o un consultor.
Por ejemplo, cuando la idea de negocio está muy verde o no estás seguro de si el enfoque es el adecuado.
En ese caso, necesitarás comprobar si la idea tiene futuro. Por eso existe un concepto llamado producto mínimo viable que consiste en lo siguiente:
Cuando tienes una idea de negocio, en lugar de desarrollar el producto acabado, haces una versión provisional. Eso te permite salir al mercado rápido con un gasto mínimo y comprobar si hay demanda, si hay que mejorar algo, etc.
Digamos que es como comprobar si hay agua en la psicina antes de tirarte de cabeza.
Con tu marca puedes hacer lo mismo.
No hace falta que salgas con toda la artillería pesada. Puedes empezar con una “marca mínima viable”. Es decir, con aquellos elementos indispensables que te permitan presentarte al mundo con cierta solvencia.
Dejar de invertir, no significa renunciar.
Aquí es cuando el señor Samu sale al rescate. :)
He escrito varios artículos que te ayudarán a crear esa primera marca con criterio profesional:
- Cómo definir tu identidad visual con un moodboard
- Cómo combinar tipografías
- Truquillos de diseño para no diseñadores
- La única técnica de copywriting que necesitas dominar
- 6 recursos de copywriting para darle vidilla a tus textos
- Cómo estructurar el contenido de tu web pieza a pieza
Tendrás que investigar y experimentar cosas por ti mismo. Aprender a base de prueba y error. O contratar a profesionales para tareas menos comprometidas que no supongan un gran desembolso y te ahorren tiempo para otras cosas.
Otra opción es hacer formación especializada, que es más barato que contratar a un profesional. Y encima tendrás la satisfacción de haberlo hecho tú. En mi curso de copywriting, por ejemplo, te enseño a escribir cualquier texto con eficacia, gracia y salero.
Cuando entres en una nueva fase de tu negocio, tendrás las cosas mucho más claras. Habrás aprendido qué tipo de cosas funcionan en tu caso y cuáles no.
¿Cuándo vale la pena invertir en tu marca?
No quiero quedarme sin clientes, así que veamos en qué situaciones vale la pena invertir en branding, copywriting, diseño y esas cosas que tanto me gustan.
- Cuando tienes presupuesto y sabes de antemano que tu negocio tiene un buen mercado potencial. ¿Cómo se sabe eso? Lo sabrás porque ya hay negocios ganando dinero en ese mercado.
- Cuando la competencia es feroz. :)
- Cuando sabes que tu negocio es viable, ya está generando ingresos y quieres pasar al siguiente nivel.
- Cuando tu negocio tiene cierta trayectoria y tu marca actual ya no te representa. No te sientes identificado con ella.
- Cuando tu producto o servicio es premium y tu marca debe estar a la altura.
- Cuando tu público objetivo es exigente y busca sobre todo calidad y una experiencia impecable.
Siempre llega un momento de tu negocio en el cual experimentar y “probar a ver qué pasa” no es una estrategia viable. Necesitas dedicar el tiempo a otras tareas en las que tú eres imprescindible: mejorar tu producto, formarte como profesional, atender a clientes…
En otras ocasiones, está en juego mucho más que dinero: tu reputación.
Samu, parece que me has leído la mente… Llevo días pensando en esto precisamente porque no tenía claro si merece la pena ese gasto cuando estás empezando, o si es mejor empezar y ver si funciona o cómo funciona, y ahí plantearse contratar(te) para pulirlo.
De todas formas te mandaré un email para explicarte con detalle y quedarme más tranquila :)
Hola Sabrina!
Sé que es algo que preocupa bastante y además depende mucho de cada caso. Depende del presupuesto disponible, de la naturaleza del negocio, de la importancia que le den tus clientes potenciales (y tú misma) a la marca… En definitiva, todas estas cosillas que explico en el post.
Estaré atento a ese email. ;)
Un abrazo