Todo negocio tiene dos voces internas que están en una eterna discusión.
La primera voz es la voz del negocio, que te presiona constantemente para que todas tus acciones tengan una rentabilidad. A veces te empuja a hacer cosas con las que quizás no acabas de sentirte cómodo.
La segunda es la voz de la marca. La que te dice que no todo en la vida es cuestión de dinero y que los valores de tu proyecto son importantes. Esto te lleva a ser demasiado idealista en algunos momentos.
Las dos voces se pelean, porque una siempre cree que es más importante que la otra.
Una dice:
Si el proyecto no es sostenible, ¿de qué sirve crear una marca?
La otra responde:
Si no le importamos a nadie, ¿cómo vamos a conseguir que el proyecto sea sostenible?
Hay tensión. Tensión entre rentabilidad e idealismo. Tensión entre negocio y marca.
Las dos voces tienen razón
Crear un negocio y crear una marca son dos procesos que se desarrollan de manera simultánea y se entrecruzan. A veces eso provoca algunas contradicciones y tensiones internas.
Está claro que si quieres conseguir cosas importantes con tu negocio, debes buscar vías de crecimiento y realizar acciones de marketing con un objetivo de ingresos. Pero también es cierto que no puedes renunciar a aquello que te hace diferente, porque entonces todos tus esfuerzos pasarán desapercibidos.
La marca no debe ser un freno para tus acciones orientadas a venta, sino una guía que te ayude a tomar decisiones. A su vez, los objetivos de negocio no deben ser una excusa para traicionar la esencia del proyecto, sino un anclaje con la realidad.
¿Cómo se resuelve esa tensión? Pues según mi experiencia, no se resuelve, sino que uno debe aprender a convivir con ella y encontrar su propio equilibrio.
He participado en proyectos donde la marca tenía un gran peso específico y también en proyectos donde los resultados pasaban a un primer plano. Inclinar la balanza en un sentido o en otro depende sobre todo del estilo y las inquietudes de los fundadores.
Personalmente disfruto más con los primeros, pero ambos enfoques me parecen igual de válidos.
El problema es cuando una de esas voces no existe, porque entonces el proyecto cojea. No hay nada que haga saltar las alarmas cuando perdemos el foco y entonces a la larga pasa una de estas tres cosas:
- El negocio se vuelve insostenible
- El negocio se vuelve irrelevante
- Las dos anteriores
Mientras escribo esto me viene a la cabeza la típica escena de dibujos animados en la que un mini-ángel y un mini-demonio intentan convencer al protagonista y llevarlo a su terreno.
Con la diferencia de que aquí no hay ángeles ni demonios. No hay ni buenos ni malos. Hay un proyecto que necesita que exista esa tensión para conseguir sus objetivos a largo plazo.
Qué bueno Samu, Y qué razón tienes :)A me gustaría ser un «Proust» con vida resuelta para dedicarme únicamente a la marca sin importar su rentabilidad…Un abrazo
Sí que molaría! jajaja
Hola, Samu. Muchas gracias por el post, porque me llega justo ahora, cuando he de tomar una decisión con respecto a ese tema, precisamente.
Es mi continuo debate, y ¿sabes qué? suelo caer con mucho gusto en los brazos amorosos de la marca, porque ahí es donde me siento realmente yo, donde puedo jugar y divertirme.
Muchas de las acciones que inicio no tienen un resultado palpable en mi cuenta bancaria. Me ocupan tiempo y acumulo ojeras con ellas, pero ya he aprendido, que sin esa parte, como tú dices, mi mini-mini empresa estaría cojita y yo perdería mi esencia.
Gracias, feliz tarde.
Hola Rous! A mí me ocurre lo mismo. Hago cosas que no tienen un retorno, pero como disfruto haciéndolas pues… :D
Contudente Samu!!!.Tocaste un tema que para muchos emprendedores es un dolor de cabeza.Un gran saludo!
Gracias, Omar!
Hola Samu, excelente planteo como siempre !!!
Y sí… yo también creo que esa tensión no se extingue nunca y que nos sentimos más felices en brazos de «la marca» peeero… en mi experiencia hay algo que puede ayudar: RECONCILIARSE ÍNTIMAMENTE CON «VENDER».
Como yo lo veo, la mayoría de quienes emprendemos tenemos «creencias negativas» al respecto de vender y esto nos mortifica, buscamos evadir el punto y por último nos impide encontrar el equilibrio indispensable.
Gracias Samu por tus valiosos post !!!
Cariños desde Argentina
Totalmente de acuerdo, Pamela!
ASÍ ES, gracias por verbalizar lo que padecemos los que tenemos un negocio, y amamos el Branding. Nuestro espíritu se debe a nuestra marca, pero hay que comer también :) El eterno dilema
Gracias, Robert!