Seamos negativos.

SAMU PARRA
Consultor de marca, copywriter y amante de la fina ironía

Cada semana dedico bastante tiempo a responder emails de suscriptores. Muchos de estos correos son de personas que quieren dedicarse al copywriting o la redacción.

Recuerdo el caso de una chica que quería dedicarse a la creación de contenidos, pero había algo que no le dejaba avanzar.

Me gustaría compartir contigo el consejo que le di en su momento. Creo que puede ser útil para cualquier negocio y no solo para redactores en potencia.

El «problema» de esta chica era la edad (nótense las comillas).

Solo tenía 22 años (quién los pillara) y cuando los clientes la veían por videollamada, su juventud enseguida se convertía en un obstáculo. El cliente empezaba a tener dudas sobre su experiencia y su capacidad.

¿Cómo resolvemos este tipo de situaciones?

Te cuento mi visión sobre el asunto.

Cuando tu producto/servicio tiene una debilidad evidente, no debes esperar a que el cliente la descubra. Tienes que usarla como arma.

La cosa funciona de la siguiente manera:

Si el cliente descubre por sí mismo que tienes un punto débil importante, automáticamente eso se convierte en un tema a solucionar y empieza a darle vueltas.

En cambio, si admites abiertamente tu debilidad, tu credibilidad aumenta y el efecto negativo que podría tener ese punto débil queda diluido.

Además, al sacar tú el tema, tienes el control sobre el mensaje y puedes manejar las objeciones como mejor te convenga. No dejas que el cliente se monte sus historias.

En el caso de la redactora de 22 años, ella podría apoyarse en testimonios de clientes satisfechos que también dudaron al principio.

O mejor todavía, podría decir algo así como «mira si soy friki del marketing de contenidos que me dedico profesionalmente a esto con 22 años.»

Y así lo negativo se convierte en positivo.

Otro caso típico es cuando un servicio o un producto tarda más de lo habitual en entregarse. Para compensar el efecto negativo, puedes asociar el producto a un proceso más artesanal o personalizado. Además, con ese mensaje es probable que atraigas a clientes más adecuados para tu negocio.

Si lo piensas, este recurso puede ir más allá de un simple tip de copywriting o ventas. Puede ser una buena manera de definir tu posicionamiento de marca y convertirlo en parte esencial de tu narrativa.

Siguiendo con el ejemplo anterior: si tu servicio tarda más de lo habitual en ejecutarse porque requiere un proceso artesanal o personalización, podrías posicionarte como una marca «slow». Esto te abre nuevas posibilidades a la hora de comunicar y puede convertirte en una marca que lucha «contra el stress que domina nuestra sociedad».

¿Qué te perece esta idea? No me refiero concretamente a ser una slow brand, sino al hecho de convertir uno de tus atributos en el pilar de tu estrategia de marca.

¿Crees que podrías aplicar una lógica similar con tu marca?

2 comentarios en «Seamos negativos.»

  1. Me parece muy buen consejo, yo por ejemplo estoy comenzando un proyecto de agencia de video marketing y aunque es un equipo que tiene experiencia cada uno en diferentes áreas como equipo en video marketing tenemos poca experiencia, pero eso hace que de momento no cobremos tan caro mientras vamos iniciando, por otro lado no tenemos los vicios de una agencia de marketing. SALUDOS de nuevo un placer leerte.

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